Ayer en la noche asistí a un evento organizado por la empresa donde obtuve mi primer trabajo. Sin embargo me fui sintiéndome un poco desconcertada. Los padres esperan rabietas de los niños de 2 años de edad, pero los arranques de enojo no necesariamente se detienen después de la primera infancia y, al parecer, las mamás también tienen momentos con eses arranques y rabietas….
Duré 11 años trabajando en mercadotecnia y relaciones públicas antes de tener mi a mi primer hijo. Yo generaba lluvias de ideas y era creativa, planeaba eventos de exportaciones y realizaba trabajo manual, recapitulaba reality shows mientras tomaba jarras de café. La mayor parte del tiempo disfrutaba mi trabajo, pero hace dos años decidí renunciar para quedarme en casa con mis hijos pequeños. Sin embargo, yo estaba completamente segura que regresaría a trabajar después de unos años.
Siento que ya recorrí la primera mitad del camino. Mi hijo entrará al kinder el próximo año, y mi hija el año siguiente. Ahora necesito desarrollar un plan. Necesito seguir moviéndome en dirección a ese plan para que pueda brincar de regreso con todo lo que tengo y seguir avanzando. No me puedo quedar quieta, nadie llega a ningún lugar estando quieta.
Entro en un ataque de nervios.
¿Quién soy yo?,¿Para qué soy buena?,¿Qué quiero ser cuando crezca?… un poco más de quejidos y… Yo no quiero ser un adulto que se queja todo el día. Necesito desarrollareme emocionalmente…
Admítelo, una parte de mí me quiere decir que lo supere, que no es para tanto. Yo también me quería decir eso a mi misma.
Dentro de toda mi angustia y frustración, actualice mi status de Facebook con una frase ridícula como “Alguien dígame que hacer con mi vida… bla, bla, bla, acompáñame a sentir lástima de mí misma”.
Una antigua maestra me comentó “Disfruta la vida. Los sacrificios valen la pena”
En cuanto lo leí sentí como una cachetada en la cara. Como si ella me estuviera sacudiendo los hombros y gritándome “despierta”.
No tengo todas las respuestas.
¿Por qué nos hacemos esto a nosotras mismas? Cargamos todas estas expectativas en nuestros hombros que nadie nos exige, solo nosotras y ni siquiera son realistas. Si, yo quiero trabajar. Estoy segura que en algún momento encontraré algo. Y ahorita también estoy trabajando – escribiendo y dando consultoría a clientes esporádicamente. Lo que estoy haciendo ahorita es bueno, pero siento que siempre estoy buscando algo más.
¿Qué es lo que sigue?, ¿Qué es lo que sigue?
Necesito darme un poco de crédito. Todas necesitamos darnos un poco de crédito. No siempre tenemos que saber que es lo que va pasar.
Hay mucha presión en ser mejor y tener más. Pero en todo este esperar por nuestro siguiente éxito nos estamos perdiendo de lo que estamos viviendo en el presente. Nos estamos perdiendo de nuestra vida. No puedo evitar sentir esto y tiene que parar.
Borre mi post en Facebook. Tenía que hacerlo, era tan condescendiente y quejoso. Eso no es lo que soy yo, ni tampoco lo quiero ser.
Mis hijos no van estar mi casa para siempre. Regresare a trabajar. Cuando regrese, regresaré. No se cuando vaya ser eso, y por ahora no importa.
Lo que más importa es el aquí y ahora. Mi vida, la que esta en mi casa con mi hijos, donde en ocasiones hago un poco de freelance, donde tengo la oportunidad de salir cuando se me antoje, donde tengo puedo jugar todos los días, donde me cuesta trabajo encontrar tiempo a solas con mi esposo por la noche, y con mis amigas por el día.
Aquí es donde estoy ahora.
Ya tendremos tiempo para hacer otras cosas. El tiempo no detiene por nadie.
Adaptación por Michelle T.
